Pont d´en Gil

 

En medio del mar, en las proximidades de Ciudatella se alza un puente natural modelado por el paso del tiempo y la fuerza de las olas. Una estampa característica de la isla bajo la que navegan pequeñas y medianas embarcaciones admirando este milagro natural desde el que contemplar inmortales puestas del sol.

Pero el agua, en su trabajo creativo, no sólo ha originado lo que puede verse a simple vista sobre el mar. Su costa guarda protegida a 12 metros de profundidad un tesoro submarino: Sa Cigonya. Una gruta que se adentra 200 metros hacia el interior de la costa con dos grandes cámaras que emergen por encima del nivel de las aguas. La primera, al final del recorrido, emerge de las profundidades formando una gran bóveda adornada por exquisitas formaciones que el agua y el paso del tiempo han creado. La segunda, aún más profunda, llega hasta una pequeña playa subterránea de arena fina. Hasta Menorca llegan cada año buceadores profesionales de todo el mundo atraídos por la singular belleza.

El placer de sumergirse en las inmediaciones de la cueva desde un barco y practicar esnórquel nos brinda la oportunidad de disfrutar de sus espectaculares fondos marinos, un tesoro natural de valor incalculable.

 
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