Cala Morell
En la cima de un cabo rocoso, donde los acantilados superan los 40 metros de altura, los restos de un poblado pre-talayótico dominan Cala Morrell. Del asentamiento, habitado entre el 1600 y el 1200 a.C, quedan escasos restos, pero la energía de la naturaleza y el magnetismo del lugar son sobrecogedores.
La fuerza del viento, la visión sobre el territorio y la historia de los primeros pobladores de la isla que sigue viva a través de la piedra, hacen de este enclave un lugar singular en Menorca. En los acantilados, una cavidad excavada artificialmente en la roca, pone al descubierto una muestra de arena policromada de miles de años de antigüedad en la que se mezclan naranjas, rojos y grises. A 10 minutos caminando de los restos del poblado, se encuentra la necrópolis de Cala Morell, una arquitectura funeraria sobrecogedora en un lugar dominado energéticamente por el magnetismo de su carácter espiritual.
14 espectaculares cavidades funerarias excavadas en la roca con huecos en sus techos por los que se vislumbra el cielo, pilares en el medio de las estancias y pequeños recodos interiores. Al fondo, la inmensidad del mar, y una playa de fondos rocosos que permite disfrutar de una exuberante fauna marina.